La primera semana de hospitalización domiciliaria fue caótica. En 5 días tuvimos 10 paramédicos, 5 enfermeras y 3 kinesiólogos respiratorios adicionales. El timbre no paraba de sonar, todos tenían que entrar a atender Agustín; los paramédicos trabajan en turnos de 12 horas, los kinesiólogos vienen 3 veces al día, los pediatras en la medida que se requieran y las enfermeras una vez al día, todos en horarios diferentes que no se acomodan necesariamente a nuestros horarios.
Esto fue sumamente agotador, especialmente porque cada vez que aparecía una persona nueva teníamos que contarle nuevamente la historia de Agustín, las cosas que aguanta y las que no, los medicamentos y tratamientos, etc.
En fin, a casi cuatro semanas de iniciada la hospitalización ya nos encontramos bastante más “acomodados”, pues no es del todo cómodo. La pérdida de privacidad ha sido enormemente desagradable, aunque poco a poco el proveedor nos fue armando un staff más estable, lo cual permitió contar con un grupo reducido de 4 paramédicos en lugar de 10.
Como está Agustín? La verdad es que está bastante mejor aun cuando definitivamente requiere los cuidados constantes de kinesiología que le ayuden a soltar y sacar sus secreciones y supervisión permanente las 24 horas del día. El oxígeno ya no es necesario todo el día, simplemente es un apoyo en caso de baja saturación.
Ha crecido bastante y también ha recuperado su peso, de hecho ya está cerca de los 11 kilos, más de 2 kilos adicionales desde que regresamos de Santiago. Está convertido en un consentido de todos y todas; las enfermeras están muy encariñadas con él y lo tratan muy bien y el ni tonto ni perezoso se deja atender todo el tiempo.
El muy fresco optó por quedarse dormido en brazos y siempre que le hagan algún cariño.
Por nuestra parte hemos podido dormir un poco más, ya que el saber que está acompañado constantemente nos ha permitido omitir los despertadores cada 1 o 2 horas para ir a verlo; simplemente dormimos hasta el día siguiente. Por fin dormir, por fin sueño reponedor,…..una cosa por otra!!!
Desafortunadamente no ha podido tener kinesiología motora, ya que Carlos, su kinesiólogo, tuvo que viajar urgentemente a Antofagasta a visitar a su padre, quien lamentablemente falleció hace algunos días. Hemos tratado de hacer nosotros las terapias con todo lo que Carlos nos ha enseñado, aunque claramente no es lo mismo, sus especiales cuidados se echan de menos, especialmente Agustín.
Por otro lado, como todo fin de año e inicios de temporada de verano, ya empezaron las visitas. El domingo de la semana pasada llegó su madrina y en los próximos días llegaran sus abuelos paternos, algunos tíos y primos para acompañarnos en navidad y año nuevo.